lunes, 7 de marzo de 2011

No te desesperes

Dentro de su oficina, estaba cansado que la computadora no anduviera bien, tenia la presión de su jefe por entregar un trabajo de estadísticas, mas o menos cada 10 minutos la pantalla se quedaba sin servicio, minutos después se activaba sola, tenia las sorpresivas e insistentes llamadas por esa planilla.

Salio a la calle a cambiar de aire y no tener tanta presión encima. Compró un pancho y algo fresco, le pidió al vendedor ambulante, un hielo para humedecer su frente y su nuca, comió dentro de la tranquilidad posible y volvió a su trabajo, iba con una premisa, si la maquina no funcionaba, la rompía.

Llega a su escritorio, se acomoda en su silla y pese a todo continua con su labor, faltando poco para terminar, graba el trabajo, lo prepara para imprimirlo y se vuelve a quedar duro el cursor, se pasa la mano por su cabeza, tirando su cabello para atrás, mueve la cabeza de un lado al otro con una gran negatividad, agarra el teclado con sus manos, estira el cable a tope y como si tuviera una maza de 20Kg en su poder, se apresta a pegarle al monitor, a mitad del recorrido se frena, recapacita, deja el teclado sobre la mesa, pega un golpe fuerte con el puño cerrado y lo vuelve a hacer tres veces mas, un compañero le pregunta que le sucede, se retira a contarle, tropieza con un cable que estaba en el piso y eso hace arrastrar al monitor al suelo, vio como en cámara lenta se estaba cayendo, atino a sostenerlo, pero imposible, se siente un golpe fuerte, pero sin ninguna rotura, lo levanta, lo vuelve a poner en su lugar, lo mira fijamente y observa una rajadura en uno de los ángulos del monitor.

Mira a todos lados tratando que nadie se percatara del suceso, verifica que todo este bien, vuelve a probar la impresora y como si nada, se imprime su trabajo, saca las hojas y se las lleva a su jefe.

Mas tranquilo de haber culminado su tarea, va a la maquina de café y se sirve uno, lo bebe mas tranquilo, dialoga con un compañero que también cortaba la rutina, al terminar, vuelve a su escritorio, se sienta, faltaba poco para terminar el día cuando observa detenidamente el monitor, la rajadura, se había hecho un poco mas grande y ve pequeños chispazos de colores. Llega la hora de salir y él se queda, tenia miedo que alguien viera la rotura de su maquina, por lo cual espera a que todos se vayan así deja todo en orden a fin que al día siguiente, todo sea normal como es habitual.

Se queda solo, vuelve a buscar un café y lo trae a su mesa, se quita los zapatos y desajusta su corbata, para estar mas cómodo, guarda varias cosas en los cajones y por ultimo va a cerrar la computadora, apaga el monitor, pero continua encendido, da la sentencia de cierre y nada cambia, espera unos minutos piensa y se dispone a apretar el botón de cierre.

Lo aprieta y no se apaga la maquina, se comienza a enfurecer, se quería ir y la maquina no se apagaba, de repente, golpea nuevamente la mesa y todo lo que había sobre la mesa, se mueve, el monitor tambalea, ahí él se da cuenta y lo sujeta firmemente, se quita el sudor de su frente mira fijamente al monitor y dice “cuando mierda te vas a apagar”…

Se siente un sonido como un piii, toca el parlante lo va a apagar cuando oye, “no toques nada, me voy a apagar, cuando me trates bien, quien te pensas que sos, siempre a los golpes, tu trabajo depende de mi. Ya que te quedaste después de hora, anda a la oficina de tu jefe y trata de recuperar las planillas, están todas mal”

Le entro la desesperación, ni se puso los zapatos, fue directo con la idea de rescatar las planillas, llega y la oficina estaba cerrada con llave, abrió el cajón del escritorio de la secretaria buscando la llave, pero no encontró nada, otra vez se enfureció, volvió con todas las ganas de abrir la ventana y tirar la computadora por ella, esta yendo a abrir la ventana, cuando se detiene, pone una cara desdibujada y se dice, estoy completamente loco, la computadora me habla y yo le hago caso, desde cuando, es imposible que haya oído lo que oí, respira profundamente, vuelve a su escritorio, se sienta en la silla mira el monitor y estaba apagado al igual que la computadora. Toca el botón de inicio y no se enciende nada, siente un olor a cable quemado, ve salir un hilo de humo de la rajadura que tenia el monitor, sopla y no sale mas nada. Movía los dedos sobre la mesa, pensando que haría, ¿fue verdad que la maquina hablo, que las planillas están mal?, acomodo su corbata, se puso los zapatos fue a buscar su saco, miro su escritorio, estaba todo bien y se fue de la oficina.

Llego a su casa, pero tenia una obsesión, no sabia si lo vivido era cierto o tenia semejante stress que había imaginado todo eso, no comió, se fue directo a la cama, dio vueltas, prendió la tele, el sueño no venia, no durmió para nada.
En todas las horas que estuvo despierto, pensó en ir a hablar con su jefe, pedirle las planillas que le había dejado, diciéndole que quería verificar algo y entonces ahí si podría salvar su pellejo antes que las estadísticas llegue al presidente de la empresa.

Se levanta, se baña y sale de su casa, dentro del colectivo, se sienta y a los pocos minutos se queda dormido, lo cual hace que se pase de la parada habitual que quedaba a solo 3 cuadras de su trabajo, abruptamente se despierta y ve que se había pasado, mira su reloj y quedaban solo 12 minutos para fichar y poder hacer todo lo que tenia en mente, se bajo en la parada que pudo, busco un taxi, pero que iluso, a esa hora es imposible conseguir uno, respira hondo y empieza a trotar y correr, tenia una distancia un poco grande, en cada esquina ponía los brazos sobre sus rodillas tratando de recuperar el aire, sigue así y ya se queda mas tranquilo, le falta una cuadra, lo detiene un semáforo, en eso se mira en una vidriera y estaba todo desarreglado, en el poco tiempo que le quedaba, se arreglo lo mejor que pudo, simulo peinarse, puso su camisa dentro del pantalón, le dio paso el semáforo y trato de caminar en forma erguida hasta la puerta del gran edificio donde trabaja, llega al ascensor, se abre la puerta, sube, al igual que unas 15 personas mas, baja en el piso 21.

Saluda a la recepcionista, camina unos pasos mas y llega a su oficina, va camino a su escritorio cuando ve a 2 personas de sistemas que están desconectando su PC y a su jefe que lo esta llamando para verlo, se sentía en una gran disyuntiva, para que lado iba, si veía a su jefe y las planillas estaban mal, la computadora ya no estaría, si iba por su computadora, que le diría a los empleados, miro a su jefe, le sonrío, tomo aire y se dijo, “que la suerte me acompañe”, venga Ramírez, le quiero hablar le dijo su jefe, ahí, como que se desmorono, trago saliva, lo saludo con un buen día, antes de entrar miro a su escritorio y vio como se llevaban a la PC, una vez dentro, se sienta el jefe, lo mira fijamente y le dice con una voz muy grave, “Ramírez, mire, he estado viendo su trabajo y sinceramente le voy a dar unos días de descanso”, “¿Por qué me dice así, se que las planillas están mal, pero que quiere que le diga, ayer la computadora me dijo que estaban mal y no tuve oportunidad de arreglarlas, usted ya se había ido y ahora me dice que quiere darme unos días de descanso, claro, después de eso me va a despedir, ¿Por qué, porque a mi, porque me pasa todo esto?, Ramírez, cálmese, se que esta pasado de stress el trabajo que le dimos era muy importante para usted como para nosotros, pero, hace un silencio pronunciado, Ramírez se sienta en la silla, baja la cabeza a la espera de lo peor, cuando, su jefe lo mira y le dice, “quédese tranquilo, el trabajo esta bien, el que no esta bien es usted, tiene que tomarse unos días, porque sino se va a quedar seco acá, vaya, descanse, lo de la computadora es una broma que le hicimos todos al nuevo jefe de área, que cuando vuelva de los días de descanso, ese será su puesto, felicitaciones”
José Luis Schenone

martes, 1 de marzo de 2011

Es un viejo hippie en el nuevo siglo

Tomo su guitarra, camino unas cuadras y llego a la plaza donde comúnmente tocaba, se saco el sombrero y lo tiro al suelo, ahí iba a recibir algunas monedas o si algún alma piadosa se enamoraba de su arte quizás lograba algo mas.

No tiene un repertorio fijo, le canta a la vida, a los enamorados, a los desamores, a los chicos, a los pájaros.

Es un viejo hippie en el nuevo siglo, su único trabajo es lo que crea, su paga lo que la gente le brinda, fue chico en los ‘70s, pero ahí capturo la esencia de su vida, es un bohemio en todas las letras, nunca estuvo atado a nada, tuvo muchas relaciones, pero nunca nada fijo, descubrió y conoció lo que quiso, tanto mujeres como drogas, supo detenerse a tiempo con ambas, también tuvo algunos excesos, pero los años le ayudaron a controlarlos.

Lo que si conservo fue su larga barba, a veces la recorto, también se la quito, pero era como su sello personal, una vez viajo al exterior, se fue a dedo a Brasil, no comparte la idea de lo material, lo que posee es lo que tiene, su vida, su cuerpo, su ropa y su guitarra, una vieja criolla que acrecienta el desgaste de rasgar con sus uñas la madera.

Pero es feliz, nunca tuvo delirios de grandeza, si tenia la vivía y sino, hacia lo imposible hasta desangrar sus dedos de tanto tocar por conseguir un mango.

Su arte fue único, no le gustaba copiar, aunque a veces, un viejo blues surcaba por su mente y algunos acordes incluya en sus notas, se puede decir que es feliz con lo que hace, quizás muchos de nosotros no hubiéramos elegido esa clase de vida.

No conoce lo que es un reloj, sabe del paso del tiempo por las marcas que él deja en su rostro, podría decirse que es un luchador de sus ideas, podría decirse que es un loco en esta sociedad de consumo, podrían decirse infinidad de cosas, pero no le interesa lo que la gente opine, es un artesano de la música, un tipo que solo vive de lo que hace, de lo que eligió, de lo que canta, de lo que sufre, de la vida…

José Luis Schenone

domingo, 13 de febrero de 2011

¿En cualquier lugar?

Llega del trabajo, abre la puerta, tira las llaves sobre la mesa, saca su saco, lo cuelga, corre las cortinas para que entre la poca luz que le queda al día en la casa.

Prende el aire acondicionado, va a la cocina, pone la pava en el fuego, a mínimo y se va al baño.

Lava sus manos, se comienza a desvestir, busca ropa limpia y la deja sobre una mesita en el baño.

Pone música, apaga el gas y se va a bañar, necesitaba ese baño, su cuerpo va tomando una temperatura normal, termina, se seca y vuelve a la cocina, prepara un mate y se sienta a la mesa.

Medita un buen rato, hace ruido con sus dedos sobre la mesa, da un golpe sobre ella, se levanta y va a su dormitorio, abre el ropero, busca con ansiedad y desesperación, encuentra una caja.

Dentro de ella varios papeles, un viejo carnet de manejar, anteojos de sol, monedas, un reloj de pulsera y un mapa, saca el mapa. Vuelve al ropero, deja la caja, saca ropa limpia, una mochila, unas viejas botas de cuero negro, una campera negra también de cuero, al cerrar la puerta del mueble, se cae la caja y sale un manojo de cartas y una calcomanía de Gstaad, lo junta, lo pone nuevamente en la caja, cierra la puerta y pone todo sobre la cama, guarda varias cosas en su mochila, deja preparado el resto sobre la silla y va a la cocina.

Busca en la heladera que preparar para comer, saca algo y comienza a inventar.

Mira el almanaque, pone el dedo sobre un día y respira profundamente, le falta un día para tener vacaciones.

Disfruta un poco de la música mientras cena, al termino de esta, prepara un café, saca de un mueble unos cigarritos que son aromatizados con gusto a vainilla, toma uno, lo enciende y se sienta en el sillón con el volumen de la radio un poco mas alto. Su mirada perdida simulando muchos recuerdos en su mente, pasa un buen rato, se levanta, un bostezo largo y a dormir, mañana hay que ir a trabajar y quedan pocas horas para tener un descanso de 14 días.

En su rutina diaria en el trabajo y con la mente en las 18hs, sigue pensando en salir de ahí lo mas rápido posible y empezar a vivir esas anheladas vacaciones, baja en el ascensor para ir a almorzar y siente que suena el teléfono, cuando va a atender, se corta, no reconoce quien era, salía numero desconocido.

Entra al restaurante, se esta por sentar y suena nuevamente el teléfono, atiende, era su ex que le recordaba que antes de irse de vacaciones le deposite un dinero, su cara decía todo, pero su mente estaba tranquila, en pocas horas se iba de vacaciones, corta, sale del restaurante, se dirige al banco, entra, saca numero y tenia bastantes personas delante, sale a la calle y prende un cigarrillo.

Pasan unos minutos mas, entra al banco y le quedaban 2 personas delante, le vuelve a sonar el teléfono, lo mira pero no puede atender, salía nuevamente numero desconocido, sale corriendo del banco y cuando atiende, se corta la llamada, ya le empezaba a intrigar quien era el que lo llamaba, vuelve al banco, hace el tramite, sale y ahora va a comprarse un sándwich porque no tiene tiempo para almorzar, en algún momento lo comerá en la oficina.

Faltando una hora para terminar su jornada, suena nuevamente el teléfono, obvio numero desconocido, ahora le daba cierto temor contestar, ¿quién seria, que querría, a ver si es algo que me corta las vacaciones? rápidamente pensó todo esto…contesto y se corto, maldijo a todos, continuo con sus cosas y así paso la hora y llego la hora señalada, por fin empezaban sus vacaciones.

Llego a su casa con una sonrisa de oreja a oreja, se ducho, tomo algo fresco, agarro el mapa de Argentina, lo centro en la mesa se puso delante de él, se tapo los ojos, puso firme su dedo índice de la mano izquierda y lo bajo repentinamente, el lugar que señalase iría, destapa sus ojos y ve Trevelin, se sorprende, el otro pueblo Gales que hay en el país, se dijo, ¿porque no?, hacia muchos años que no iba por esa zona, OK, me voy a Trevelin, se fue conforme a dormir.

Ya habiendo descansado, preparo una gran dotación de CDs para un largo viaje, preparo la heladerita con unas botellas de agua y por las dudas una Pepsi, miro de dejar todo bien en su casa, cerro todo, preparo las cosas, las llevo al coche y arranco hacia una estación de servicio, lleno el tanque de combustible y a paso normal sin ninguna prisa se dirigió camino al sur a encontrarse con un lugar como Trevelin y con ese sitio hermoso que le iba a dejar volver a encontrarse con si mismo y salir de la rutina diaria. Agarro la ruta 5 y emprendió su viaje, era muy agradable, la música como siempre lo acompañaba, pasado mas de 4 horas, llego a Pehuajó, busco algún lugar para almorzar, encontró uno, comió, descanso un rato mas, volvió a la ruta y siguió.

Entro en La Pampa y disfrutaba que faltaba menos, iba pasando el día y ya entrándose el sol, ya estaba bastante cansado, al llegar a Catriel, tenia idea de dormir ahí, pero decidió seguir hasta Neuquén, por suerte el camino no estaba tan pesado y podía manejar tranquilo, llego a Neuquén y busco un hotel pasable, solo debía dormir, ya que no tenia planes de recorrer la ciudad, solo quería cenar lo mas rápido posible y dormir.

Al día siguiente le quedaba aun un buen trecho, quería salir temprano y ya empezar a disfrutar ese paisaje que se avecinaba, desayunó y temprano salio, maravillado por volver a recrear sus ojos con semejante hermosura y con la música justa para ese momento, siguió viaje y llego a Bariloche, ahí se dirigió al centro cívico, paró el coche, abrió el baúl, saco un polar, camino un poco, compro chocolate en rama y fue a tomar un café.

Casi a la hora volvió al coche y a seguir para por fin llegar. ¡Que camino!, rozar al parque nacional Los Alerces, es un pecado, se acerco a la entrada, detuvo el coche y bajo, estiro sus piernas, se desperezo, da los primeros pasos y suena su celular, lo toma, mira y era otra vez numero desconocido, lo atiende y se oye una canción, cantada en francés, muy agradable por cierto, se oye una voz y la música de fondo sigue, “hola Luis, ¿cómo estas, te habla Silvia, me recordas?”, se sorprendió de oírla, hacia tiempo que no sabia de ella, le dice “claro, como no me voy a acordar de vos, que contas?”, “trate de ubicarte, te llame varias veces pero no me atendías, estoy de vacaciones y tenia intención de verte, aunque ahora me tome unos días y no estoy en capital, ¿queres que cuando vuelva nos veamos, te parece?”, “claro también estoy de vacaciones, en estos momentos estoy en un lugar mágico, que una vez justamente y mira la casualidad estuvimos juntos, que cosa loca, ¿a que no sabes donde estoy?”, se hace un silencio, él le pregunta, “¿estas ahí o se corto?”, “estoy en el teléfono, pero estoy sorprendida y no puedo creer lo que me estas diciendo, ¿todavía seguís usando esa camisa gris?”

Luis se sorprendió y corto la comunicación, miro a su coche, la casa del guardaparque y estaba solo, no había rastros de nadie, justamente en ese momento, él tenia puesto la camisa gris y empezó a hacer memoria si hace tantísimos años también se habría puestos esa camisa, no, ya era una locura pensar eso, guardo el teléfono y volvió a caminar un poco mas adentro del parque, empezó a levantar trocitos de árboles, le encantaban, al igual que piedras de colores, camino un poco mas y se veía a lo lejos uno de los tantos lagos que tiene el parque, llega a la orilla, se sienta en un tronco añejo, se saca las botas, sus medias, se arremanga los pantalones y se dirige a la orilla para sentir el agua en sus pies, así hace, la siente fría, mete sus pies hasta los tobillos, el agua estaba helada, contrae su cuerpo del frío y a su vez lo disfruta, cuando nuevamente suena el teléfono, putea y atiende, “hola Luis, se corto, ¿estas en alguna zona que no tenga señal?, mira no quiero incomodarte, cuando quieras me llamas, estoy en una linda hostería que abrieron hace poco te paso el teléfono, pero si queres date una vuelta, te queda cerca”.

Luis le dice “no me jodas, ¿me vas a decir que estas en Trevelin?”, “si, mira que casualidad que justo los dos nos tomemos vacaciones y coincidamos estar cerca, ¿vos venias para acá o era otro tu destino?”, “no mira, parece que mi destino es estar cerca tuyo, el viernes a la noche en vez de sacar una moneda y decir a donde voy señale con el dedo un lugar y con los ojos tapados, salio Trevelin, es creer o reventar, sabes que tengo puesto la camisa gris, parecería que me estas viendo, jajaja”, “dale, veni para acá así nos ponemos un poco a tono del tiempo que paso y charlamos un rato”, “joya, Silvia, decime el nombre del hotel y paso a verte, pedile un chocolate bien caliente que tengo los pies y todo el cuerpo helado“, “dale, anota, el lugar queda a 6 cuadras de la entrada principal, hay una inmensa arboleda y el nombre del hotel nada que ver con lo Gales, se llama Gstaad, jaja, te espero, eh”

sábado, 8 de enero de 2011

Desde la costa

Suena mi reloj biológico y me despierto
al igual que el día, el sol era una bola de fuego sobre el mar
me visto, llevo el termo, el mate y mi mochila
me voy a la costa

Había bastante viento, para no perder la costumbre en Puerto Pirámides
deje las cosas al lado de una piedra y me fui a caminar un poco por la orilla
lleve la cámara de fotos y disfrute capturando gaviotas en pleno vuelo
olas rompiendo en rocas, caracoles, algunos con fósiles pegados

A lo lejos sobre el mar veía una forma con color fluorescente
trataba de enfocar mejor con la cámara pero no podía entender que era
me senté sobre la arena, esperando ver que era, mientras matie un poco
al rato, esa forma, comienza a acercarse

Era un grupo de buzos que sus aletas salían del mar
espere que se acercaran a la costa y quería saber algo de lo que habían visto
había muchos extranjeros, sus acentos los delataban
uno de ellos traiga un alga de muy bellos colores, algo raro

Estaba por volver al hotel para ir a almorzar cuando a lo lejos
se ve una enorme bruma, algo así como una niebla
eran unas cuantas ballenas que habían llegado al lugar
se veían grandes pese a la distancia, algo realmente fascinante

Saque fotos y las admire por un rato
se estaba levantando viento por lo cual apure mi ida a comer
caminando hacia el hotel, me cruzo una persona y me dice, “lo vi sacar fotos a todo
vengase a la noche que va a ver cosas inigualables”

Me llamo la atención sus palabras, dude en ir pero accedí
me abrigue bien y me lleve un termo con café, quizás podía ser larga la noche
había una luna gigante, sobre el mar daba una sensación de camino sobre el agua
fotos, saque bastantes, la luna muy escurridiza, sin trípode imposible de sacar

Cuando me aprestaba a irme, veo sobre el mar, pequeños chispazos de luces
no era cercano a la costa, sino alejados
pensé en luciérnagas, pero no hacían un efecto sobre el mar, las chispas salían desde el mar
me asombro no había manera de capturarlas con la cámara, eran fugaces y muy rápidas

De repente oigo una voz, era con quien me había cruzado al mediodía
me decía, “vio que a la noche iba a vivir algo distinto”
no sabia como decirle lo que había visto, quizás temor a la burla, le digo, “vi chispas sobre el mar”
“Ahhh lo que usted vio son bioluminiscencias, algas y otras diminutas especies que producen luz”

El frío apretaba mas, le ofrecí café y un cigarrillo, estuve horas oyendo sus vivencias
las interminables cosas que no sabemos de la vida del mar, sus días y noches
lo sacrificado que es, que destino tenía este hombre a cuestas
un rato inimaginable, bajo la luz de la luna y compartiendo naturaleza con lecciones de vida


José Luis Schenone

viernes, 7 de enero de 2011

Mediterráneo

Calle angosta, flanqueada por una breve vereda
en las fiestas del barrio se adornaba con guirnaldas y mucho color
vivimos en una calle muy difícil de pronunciar para nosotros, Llull
fueron 7 años de vivir ahí, en ella una tupida arboleda

A metros una rambla solamente para personas,
árboles por doquier, negocios, muchos
la esquina del Tío Che, donde tomábamos los batidos de frutilla
la tertulia, esas tardes de verano con sus infaltables, chipirones, aceitunas, claritas, etc.

Recasens donde las provoletas con cebollas crocantes, nos hacían
vivir unos viernes especiales, obvio el espumante siempre nos acompañaba,
hacia un extremo de la rambla una gran avenida
en el otro, el mediterráneo

Ese mar azul, de aguas cálidas y poco oleaje
con arenas suaves y una gran delicia,
las mujeres haciendo topless
queeeeeeee interesante

Una vez estando tomando sol junto a mi esposa
escucho un hola, era la vecina del piso de arriba
venia con su bolsa de haber comprado el pan y su colorido vestido
puso sobre la arena su toalla, se saco el vestido y ¡¡¡solo tenia una tanga!!!

Al irnos de la playa mi mujer le pidió a la vecina, me devolviese mis ojos
estaban situados en un lugar de su cuerpo, las domingas
topless esa palabra que había oído mucho y vivido casi nada
ya saben había de todas las formas, tamaños y bueeee

A 7 cuadras estaba nuestra cita casi diaria, en verano nos esperaba
la playa Marbella, con su rambla y sus negocitos de venta de frutos de mar
el equipo siempre estaba preparado, la sombrilla, esterillas, el mate y toallas
varias veces hemos corrido a la sombrilla por alguna Tramontana inesperada

Todos estos toques tenia Poblenou, la cual encontraba muy parecida a Barracas
pero sin mar, un barrio que seguía siendo barrio pese a la urbanización
había sido el polo fabril de Barcelona, pero ahora en ruinas
si te habremos caminado, vivido, disfrutado, convivido, enamorado…


José Luis Schenone

Esa tonada

Salía del trabajo caminaba cuatro cuadras
atravesando una zona fabril
tanto al ir como para volver a casa
para llegar a tomar el subte

era un barrio de laburantes y pesado a la vez
las tardes de verano, sacaban sus sillas a la calle
para tomar el fresco y escuchar a los gitanos y andaluces
cantar sus canciones

muchas veces subía al subte y un grupo de gitanillos
con guitarra en mano cantaban como un grupo cantase algo para su equipo
a veces cambiaba el subte por el colectivo para escuchar
diferentes canciones que salían de cada una de las casas

había días que las paradas eran parte de algún cumpleaños
adornadas con globos y guirnaldas
los chicos bailando, gritando y saltando
siempre me gusto la chispa y alegría con la que se divierten

no puedo dejar de recordar la manera de hablar y los rostros de las andaluzas,
al igual que su belleza, rasgos turcos sobre una piel morena,
esos ojos negros y algunas ojos claros,
acompañadas de cabellos negros,
con verlas, te enamoras


José Luis Schenone

Solo una melodía

Venia de la calle, cansado
me pegue una ducha y prepare un mate
trataba de encontrar un poco de aire
en un día muy agobiante de calor

pasó un rato y me recosté en la cama
miré al techo sin ver nada, ni viento había
un coche muy rápido pasa por la calle
con el volumen de su música a todo lo que da,
era The Beatles con I saw standing there

de ahí recordé cuando en casa, yo chico, mi viejo oía esa canción
cuando mi problema era que se había salido una rueda al cochecito
mi vieja esperándome con el sandwich de salame y manteca
o Maby (mi perra) que la saque a pasear

cuantos flashes de mi vida por solo una canción
si hablara de cada una de las canciones que disfrute…
otra canción, una, que es de los dos,
que aun guardamos en nuestros corazones

que al oírla nos recuerdan nuestros rostros
cuantos, con solo contemplar su melodía
cerré mis ojos y vinieron imágenes a mi mente
tararie ese arte, escuche tu voz, cuanto me alegre

me levante, seguí con el mate
me volví a mojar la cabeza
fui a la computadora y me puse a escribir este relato
no se me ocurre nada, prendo la radio

suena otra melodía,
mi mente vuelve a divagar
esa maquinaria de recuerdos...

José Luis Schenone