domingo, 13 de febrero de 2011

¿En cualquier lugar?

Llega del trabajo, abre la puerta, tira las llaves sobre la mesa, saca su saco, lo cuelga, corre las cortinas para que entre la poca luz que le queda al día en la casa.

Prende el aire acondicionado, va a la cocina, pone la pava en el fuego, a mínimo y se va al baño.

Lava sus manos, se comienza a desvestir, busca ropa limpia y la deja sobre una mesita en el baño.

Pone música, apaga el gas y se va a bañar, necesitaba ese baño, su cuerpo va tomando una temperatura normal, termina, se seca y vuelve a la cocina, prepara un mate y se sienta a la mesa.

Medita un buen rato, hace ruido con sus dedos sobre la mesa, da un golpe sobre ella, se levanta y va a su dormitorio, abre el ropero, busca con ansiedad y desesperación, encuentra una caja.

Dentro de ella varios papeles, un viejo carnet de manejar, anteojos de sol, monedas, un reloj de pulsera y un mapa, saca el mapa. Vuelve al ropero, deja la caja, saca ropa limpia, una mochila, unas viejas botas de cuero negro, una campera negra también de cuero, al cerrar la puerta del mueble, se cae la caja y sale un manojo de cartas y una calcomanía de Gstaad, lo junta, lo pone nuevamente en la caja, cierra la puerta y pone todo sobre la cama, guarda varias cosas en su mochila, deja preparado el resto sobre la silla y va a la cocina.

Busca en la heladera que preparar para comer, saca algo y comienza a inventar.

Mira el almanaque, pone el dedo sobre un día y respira profundamente, le falta un día para tener vacaciones.

Disfruta un poco de la música mientras cena, al termino de esta, prepara un café, saca de un mueble unos cigarritos que son aromatizados con gusto a vainilla, toma uno, lo enciende y se sienta en el sillón con el volumen de la radio un poco mas alto. Su mirada perdida simulando muchos recuerdos en su mente, pasa un buen rato, se levanta, un bostezo largo y a dormir, mañana hay que ir a trabajar y quedan pocas horas para tener un descanso de 14 días.

En su rutina diaria en el trabajo y con la mente en las 18hs, sigue pensando en salir de ahí lo mas rápido posible y empezar a vivir esas anheladas vacaciones, baja en el ascensor para ir a almorzar y siente que suena el teléfono, cuando va a atender, se corta, no reconoce quien era, salía numero desconocido.

Entra al restaurante, se esta por sentar y suena nuevamente el teléfono, atiende, era su ex que le recordaba que antes de irse de vacaciones le deposite un dinero, su cara decía todo, pero su mente estaba tranquila, en pocas horas se iba de vacaciones, corta, sale del restaurante, se dirige al banco, entra, saca numero y tenia bastantes personas delante, sale a la calle y prende un cigarrillo.

Pasan unos minutos mas, entra al banco y le quedaban 2 personas delante, le vuelve a sonar el teléfono, lo mira pero no puede atender, salía nuevamente numero desconocido, sale corriendo del banco y cuando atiende, se corta la llamada, ya le empezaba a intrigar quien era el que lo llamaba, vuelve al banco, hace el tramite, sale y ahora va a comprarse un sándwich porque no tiene tiempo para almorzar, en algún momento lo comerá en la oficina.

Faltando una hora para terminar su jornada, suena nuevamente el teléfono, obvio numero desconocido, ahora le daba cierto temor contestar, ¿quién seria, que querría, a ver si es algo que me corta las vacaciones? rápidamente pensó todo esto…contesto y se corto, maldijo a todos, continuo con sus cosas y así paso la hora y llego la hora señalada, por fin empezaban sus vacaciones.

Llego a su casa con una sonrisa de oreja a oreja, se ducho, tomo algo fresco, agarro el mapa de Argentina, lo centro en la mesa se puso delante de él, se tapo los ojos, puso firme su dedo índice de la mano izquierda y lo bajo repentinamente, el lugar que señalase iría, destapa sus ojos y ve Trevelin, se sorprende, el otro pueblo Gales que hay en el país, se dijo, ¿porque no?, hacia muchos años que no iba por esa zona, OK, me voy a Trevelin, se fue conforme a dormir.

Ya habiendo descansado, preparo una gran dotación de CDs para un largo viaje, preparo la heladerita con unas botellas de agua y por las dudas una Pepsi, miro de dejar todo bien en su casa, cerro todo, preparo las cosas, las llevo al coche y arranco hacia una estación de servicio, lleno el tanque de combustible y a paso normal sin ninguna prisa se dirigió camino al sur a encontrarse con un lugar como Trevelin y con ese sitio hermoso que le iba a dejar volver a encontrarse con si mismo y salir de la rutina diaria. Agarro la ruta 5 y emprendió su viaje, era muy agradable, la música como siempre lo acompañaba, pasado mas de 4 horas, llego a Pehuajó, busco algún lugar para almorzar, encontró uno, comió, descanso un rato mas, volvió a la ruta y siguió.

Entro en La Pampa y disfrutaba que faltaba menos, iba pasando el día y ya entrándose el sol, ya estaba bastante cansado, al llegar a Catriel, tenia idea de dormir ahí, pero decidió seguir hasta Neuquén, por suerte el camino no estaba tan pesado y podía manejar tranquilo, llego a Neuquén y busco un hotel pasable, solo debía dormir, ya que no tenia planes de recorrer la ciudad, solo quería cenar lo mas rápido posible y dormir.

Al día siguiente le quedaba aun un buen trecho, quería salir temprano y ya empezar a disfrutar ese paisaje que se avecinaba, desayunó y temprano salio, maravillado por volver a recrear sus ojos con semejante hermosura y con la música justa para ese momento, siguió viaje y llego a Bariloche, ahí se dirigió al centro cívico, paró el coche, abrió el baúl, saco un polar, camino un poco, compro chocolate en rama y fue a tomar un café.

Casi a la hora volvió al coche y a seguir para por fin llegar. ¡Que camino!, rozar al parque nacional Los Alerces, es un pecado, se acerco a la entrada, detuvo el coche y bajo, estiro sus piernas, se desperezo, da los primeros pasos y suena su celular, lo toma, mira y era otra vez numero desconocido, lo atiende y se oye una canción, cantada en francés, muy agradable por cierto, se oye una voz y la música de fondo sigue, “hola Luis, ¿cómo estas, te habla Silvia, me recordas?”, se sorprendió de oírla, hacia tiempo que no sabia de ella, le dice “claro, como no me voy a acordar de vos, que contas?”, “trate de ubicarte, te llame varias veces pero no me atendías, estoy de vacaciones y tenia intención de verte, aunque ahora me tome unos días y no estoy en capital, ¿queres que cuando vuelva nos veamos, te parece?”, “claro también estoy de vacaciones, en estos momentos estoy en un lugar mágico, que una vez justamente y mira la casualidad estuvimos juntos, que cosa loca, ¿a que no sabes donde estoy?”, se hace un silencio, él le pregunta, “¿estas ahí o se corto?”, “estoy en el teléfono, pero estoy sorprendida y no puedo creer lo que me estas diciendo, ¿todavía seguís usando esa camisa gris?”

Luis se sorprendió y corto la comunicación, miro a su coche, la casa del guardaparque y estaba solo, no había rastros de nadie, justamente en ese momento, él tenia puesto la camisa gris y empezó a hacer memoria si hace tantísimos años también se habría puestos esa camisa, no, ya era una locura pensar eso, guardo el teléfono y volvió a caminar un poco mas adentro del parque, empezó a levantar trocitos de árboles, le encantaban, al igual que piedras de colores, camino un poco mas y se veía a lo lejos uno de los tantos lagos que tiene el parque, llega a la orilla, se sienta en un tronco añejo, se saca las botas, sus medias, se arremanga los pantalones y se dirige a la orilla para sentir el agua en sus pies, así hace, la siente fría, mete sus pies hasta los tobillos, el agua estaba helada, contrae su cuerpo del frío y a su vez lo disfruta, cuando nuevamente suena el teléfono, putea y atiende, “hola Luis, se corto, ¿estas en alguna zona que no tenga señal?, mira no quiero incomodarte, cuando quieras me llamas, estoy en una linda hostería que abrieron hace poco te paso el teléfono, pero si queres date una vuelta, te queda cerca”.

Luis le dice “no me jodas, ¿me vas a decir que estas en Trevelin?”, “si, mira que casualidad que justo los dos nos tomemos vacaciones y coincidamos estar cerca, ¿vos venias para acá o era otro tu destino?”, “no mira, parece que mi destino es estar cerca tuyo, el viernes a la noche en vez de sacar una moneda y decir a donde voy señale con el dedo un lugar y con los ojos tapados, salio Trevelin, es creer o reventar, sabes que tengo puesto la camisa gris, parecería que me estas viendo, jajaja”, “dale, veni para acá así nos ponemos un poco a tono del tiempo que paso y charlamos un rato”, “joya, Silvia, decime el nombre del hotel y paso a verte, pedile un chocolate bien caliente que tengo los pies y todo el cuerpo helado“, “dale, anota, el lugar queda a 6 cuadras de la entrada principal, hay una inmensa arboleda y el nombre del hotel nada que ver con lo Gales, se llama Gstaad, jaja, te espero, eh”